Y todo lo que ayer parecía ser... es hoy aún más distante
21.57 Esta vez María Tristeza recordaba algunos amigos... Amigos que distaban de su ahora tiempo, y a ella le parecía que estaba anocheciendo, en realidad... ya era de noche , las luces se desfiguraban cada vez más y más, hasta devolverle visiones desoladoras, donde las telarañas eran reinas absolutas. Han pasado sólo minutos y un café amargo, acompañado por el sabor nostálgico hundido en el pocillo, viejo, tan viejo como la soledad de María, que a sus casi 78 años distaba de la salud que acostumbraba acompañarla, de sus ánimos eternos y su buena mano para aquellas tareas que las jóvenes inútiles de hoy no saben desempeñar (un ejemplo claro de la decadencia de los tiempos modernos) y por si fuera poco, le sabía amarga la vida, más que cuando veía las desgracias ajenas y no podía hacer mucho, sino orar y esperar que su desgracia no fuera mayor, pero lo era. Sigue rechinando la puerta, y a lo lejos, lo más lejos posible del pensamiento de María Tristeza se halla un motivo, la espera i