Dios te tomó de la mano y en lugar de caer te escupió el precipicio...
OMA
no tiene silencios...
OMA es el fuego de la muerte en su pureza triunfal
delirante
tengo trizas en lugar de venas, y mis falanges se sesarticulan...
La sinovia se confunde con lo que antes fuera quizás mi alma, y sé que Dios te ha dejado volar al precipicio, donde los huesos arden para recibirte afanosamente .
¿ Dónde estabas hija del infierno?
A dónde habrán de llevarnos las horas de fuego cuando fornicabas sobre el atrio de la Iglesia mientras parecía que Satanás vestía la carne de tu cuerpo...
A qué infame sitio de la desolación habrá de reencontrarse la carne y el pecado, de los años que destruiste con tu seducción asesina... No sé qué haces ahora , ni me interesa.
Las esfermeras te arrancan a trozos la insulsa sangre... limpian el más infame rastro de tu existencia en ese hospital, lo siento... no puedo verte más y no sé a dónde te llevaran, pero te aseguro que la cuna de cirios que te espera estará adornada de muertos danzantes, deliciosos amantes y tardes retraídas en tu apoptosis...
Yo no sé que será más delicioso, pero podré asegurarte que los escalpelos destrozaran tu gloria, que serás vuelta fragmentos a los ojos ajenos y propios.
Qué en muy poca paz descanses OMA, que en muy poca paz durmamos juntas para siempre.
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