La duración de la luz es el parpadeo de la sombra...
Ciro Manuel...
¡ Cielo de cirios, de soles, de nombres recortados... príncipe en el trono del sol, con tus ojos verde distancia y tus rizos sobrios , el color ardiente de tu madre y la mirada de tu padre !
Violinista, increíble a pesar de los años, ¿ qué edad tienes en mi recuerdo?
¿18, 26?
No sé si importe, pero te recuerdo tan hermoso como un adonis, y eras luz en cada rincón, las personas veían tu sonrisa inagotable, tus pasos firmes y decididos, se dice que serías un triunfador y que nadie podría ensombrecer tu camino... pero la muerte, esa... tenía suficiente luz turbia para cubrirte con su crespón.
Dudo ocasionalmente de tu muerte, siendo la luz de la vida...
Y en eso, María Tristeza escuchaba las palabras viejas del eco, esas desgraciadas palabras encerradas entre la alacena y el hambre brutal, lo que es la maldita vejez le aquejaba los huesos, y cada articulación le desangraba prana silenciosamente, ay de ti, mi amada María Tristeza, hija de la desgracia, soberana reina de la soledad, tu soledad y abandono ganados a pulsos hipérbolicos.
Tenía que levantarse, pero sentía que le atravezaba el mismísimo trinche del diablo a cada esfuerzo, el dolor le era insoportable, igual que su hambre y el horrible olor a suciedad que emanaba su cuerpo, estaba bañada en sus propios residuos , era hija pródiga de un abandono mortal.
Oh María Tristeza , Amor del silencio ¿irás a morir?
La pregunta es ¿ de soledad, amor, remordimiento, abandono o por causa de la justicia divina?
Te castiga el silencio, no Dios, él está en el fondo del mismo olvido, no tanto como tú... Él al menos no está tirado en el piso, inerme, entre el polvo asfixiante y las cucarachas.
¿ Por qué?
¿Por qué te dejan así... ?
Ahora te veo como se veía aquel perro , el que sigue descomponiéndose frente a tu banqueta, ¡desgraciados! no se dan cuenta, no pueden abandonarte, ¡ ya no pueden dejar que siga rechinando la puerta !
¡Ciro Manuel ! regresa, por favor... salva a tu madre, la madre que te mató hace 63 años.
Sí, esa madre cruel y dura como diamante negro, regresa para tocar con la piedad divina de tu violín , con los acordes del amor no correspondido, tú deseaste tanto ser amado por tus padres, pero ellos sólo te concibieron para dejarte libre, en la canastilla vieja que la buena señora fortuna te ha guardado; tuviste más suerte que tus hermanos, sí, aquellos que murieron en el incendio del año 58, un incendio que ni el tiempo recuerda, porque no se recuerda a los pobres, sólo hasta que se los comen los buitres.
Cielos de mimbre, con metales pesados, tan lenta es la agonía, como el mercurio brillando a través de un tubo , hundiéndose en la dolorosa fuerza de su peso, tan lento el cierre de tus párpados cansados , tus ojos y su arco senil parecen hundirse de igual forma.
¿Esa sombra distorsionada será Ciro ?
Ya creo que no... Sólo es Tanatos esperando a tu lado, midiendo la alegría de que se llevará otra alma más.
¿Y entonces, donde están tus demás hijos ?
¡Tienes razón en llorar...!
El fuego de tu cabello los consumió totalmente, desgraciada seas, aún más...
Creíste que matarlos por celos sería un acto justo ante la vida y te equivocaste, por eso, y por el horror de tus tiempos, de tus acciones imperdonables ¿yo habré de recordartelas? no... ya estoy cansándome de justificar al destino, de vivir en tus enfermedades, en tus destiempos.
Hoy, mañana.. ¿ ya no hay un tiempo fijo?
Te incendia la culpa... te quemará viva y yo tendré que morir.
¡ Cielo de cirios, de soles, de nombres recortados... príncipe en el trono del sol, con tus ojos verde distancia y tus rizos sobrios , el color ardiente de tu madre y la mirada de tu padre !
Violinista, increíble a pesar de los años, ¿ qué edad tienes en mi recuerdo?
¿18, 26?
No sé si importe, pero te recuerdo tan hermoso como un adonis, y eras luz en cada rincón, las personas veían tu sonrisa inagotable, tus pasos firmes y decididos, se dice que serías un triunfador y que nadie podría ensombrecer tu camino... pero la muerte, esa... tenía suficiente luz turbia para cubrirte con su crespón.
Dudo ocasionalmente de tu muerte, siendo la luz de la vida...
Y en eso, María Tristeza escuchaba las palabras viejas del eco, esas desgraciadas palabras encerradas entre la alacena y el hambre brutal, lo que es la maldita vejez le aquejaba los huesos, y cada articulación le desangraba prana silenciosamente, ay de ti, mi amada María Tristeza, hija de la desgracia, soberana reina de la soledad, tu soledad y abandono ganados a pulsos hipérbolicos.
Tenía que levantarse, pero sentía que le atravezaba el mismísimo trinche del diablo a cada esfuerzo, el dolor le era insoportable, igual que su hambre y el horrible olor a suciedad que emanaba su cuerpo, estaba bañada en sus propios residuos , era hija pródiga de un abandono mortal.
Oh María Tristeza , Amor del silencio ¿irás a morir?
La pregunta es ¿ de soledad, amor, remordimiento, abandono o por causa de la justicia divina?
Te castiga el silencio, no Dios, él está en el fondo del mismo olvido, no tanto como tú... Él al menos no está tirado en el piso, inerme, entre el polvo asfixiante y las cucarachas.
¿ Por qué?
¿Por qué te dejan así... ?
Ahora te veo como se veía aquel perro , el que sigue descomponiéndose frente a tu banqueta, ¡desgraciados! no se dan cuenta, no pueden abandonarte, ¡ ya no pueden dejar que siga rechinando la puerta !
¡Ciro Manuel ! regresa, por favor... salva a tu madre, la madre que te mató hace 63 años.
Sí, esa madre cruel y dura como diamante negro, regresa para tocar con la piedad divina de tu violín , con los acordes del amor no correspondido, tú deseaste tanto ser amado por tus padres, pero ellos sólo te concibieron para dejarte libre, en la canastilla vieja que la buena señora fortuna te ha guardado; tuviste más suerte que tus hermanos, sí, aquellos que murieron en el incendio del año 58, un incendio que ni el tiempo recuerda, porque no se recuerda a los pobres, sólo hasta que se los comen los buitres.
Cielos de mimbre, con metales pesados, tan lenta es la agonía, como el mercurio brillando a través de un tubo , hundiéndose en la dolorosa fuerza de su peso, tan lento el cierre de tus párpados cansados , tus ojos y su arco senil parecen hundirse de igual forma.
¿Esa sombra distorsionada será Ciro ?
Ya creo que no... Sólo es Tanatos esperando a tu lado, midiendo la alegría de que se llevará otra alma más.
¿Y entonces, donde están tus demás hijos ?
¡Tienes razón en llorar...!
El fuego de tu cabello los consumió totalmente, desgraciada seas, aún más...
Creíste que matarlos por celos sería un acto justo ante la vida y te equivocaste, por eso, y por el horror de tus tiempos, de tus acciones imperdonables ¿yo habré de recordartelas? no... ya estoy cansándome de justificar al destino, de vivir en tus enfermedades, en tus destiempos.
Hoy, mañana.. ¿ ya no hay un tiempo fijo?
Te incendia la culpa... te quemará viva y yo tendré que morir.
Comentarios
sólo escribo lo más profundo
y bello que puedo ...
Atormentada, es una buena descripción, pero es más acertiva la idea de que soy una joven llena de poesía trágica.